La invención de los dispositivos IoT ha aumentado exponencialmente el volumen de datos en los sistemas de fabricación. Mientras que una red anterior podía manejar gigabytes de datos, ahora los dispositivos generan terabytes de datos. Este volumen de datos presenta retos tanto en la gestión como en la interpretación de los datos. Las opciones tradicionales de la nube de la fábrica simplemente se están quedando sin ancho de banda para manejar el volumen. Por lo tanto, la tendencia es hacia un sistema de topografía de red de tipo hub-and-spoke.
Ahora se interpretan muchos datos y se actúa sobre ellos en una configuración conocida como computación en el borde. En esta situación, la arquitectura típica de Software on a Chip (SOC) garantiza que la toma de decisiones se realice en tiempo real y en el propio nodo, en lugar de ser controlada de forma centralizada a través del servidor. Los datos y las decisiones se transfieren entonces de forma asíncrona en la nube de la fábrica. A continuación, los servidores en la nube realizan el análisis de tendencias basado en big data y el descubrimiento de patrones para que los directivos puedan tomar decisiones más informadas.