Las empresas están cada vez más interesadas en la adopción de DevSecOps para mejorar el flujo de valor a través del SDLC y las fases de posproducción. Sin embargo, el reto consiste en identificar las oportunidades de mejora adecuadas en consonancia con los objetivos empresariales y de ingeniería y en definir un enfoque de transformación integral.
Los gestores de proyectos y operaciones deben identificar focos de actividad que aporten valor al resultado previsto de los lanzamientos más rápidos y operaciones aceleradas sin comprometer otros factores. Estos focos de mejora se denominan flujos de valor y su optimización permitirá mejorar la eficacia de la automatización del ciclo de vida del producto.
El modelo Evaluar, Priorizar y Medir (APM, por sus siglas en inglés) aborda los principales retos de adopción y ayuda a trazar el flujo de trabajo del SDLC desde la conceptualización hasta la medición posterior a la prestación del servicio. Algunos de los pasos clave son: