La adopción generalizada de teléfonos inteligentes y tabletas ha provocado un gran aumento de los consumidores que pueden definirse como “jugadores”. Si añadimos la demanda de los consumidores de experiencias de juego enriquecidas, similares a las de los juegos de PC o consola, es justo decir que los juegos para móviles han evolucionado significativamente desde los días en que se jugaba al Snake o al Space Invaders en un teléfono plegable.
Aunque el desarrollo de juegos para móviles comparte muchas cosas con el desarrollo de juegos para PC y consolas, también requiere consideraciones adicionales, ya que los juegos para PC son muy configurables y los juegos para consolas se desarrollan para un dispositivo o conjunto de dispositivos específicos. Los juegos para móviles bien desarrollados son funcionales no solo en un par de sistemas operativos diferentes, sino en una diversidad de teléfonos inteligentes y tabletas. Además de la jugabilidad, hay otros componentes fundamentales de los juegos para móviles que afectan a la experiencia del consumidor, como la integración con otras aplicaciones del dispositivo móvil (por ejemplo, la tienda de aplicaciones, los pagos, las actualizaciones o las redes sociales).
Una vez que se ha creado un juego o una versión, es posible que ya se hayan realizado pruebas a nivel alfa y beta, pero si el juego se mantiene en un entorno global en una variedad de situaciones sigue siendo un riesgo, y las pruebas requieren un enfoque totalmente diferente.
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